La pollera congo es una de las variantes de las polleras panameñas y parte importante del folklore de Portobelo, considerado capital de la cultura afrocolonial. Este traje, de dos piezas, se confecciona de retazos de tela, lo cual hace referencia a la época colonial donde los negros esclavizados confeccionaban sus ropas con las sobras de las remontas de los amos. Tiene gran colorido, representando la belleza de la naturaleza. La falda es un pollerón de amplio vuelo. Se adornan la cabeza con flores y utilizan collares hechos con cuencas o caracoles. La reina es a única que usa una corona adornada con cintas y abalorios, velo y su banda que representa la guerra por la paz y la libertad. Tradicionalmente no usan calzado.

Anualmente se celebra en Portobelo el Festival de la Pollera Congo, Máscaras y Bailes de Diablos, que culmina en un gran espectáculo en la plaza central del pueblo.

Más información:
https://sicultura.gob.pa/manifestaciones-culturales/festival-de-la-pollera-congo-y-de-mascaras-de-diablos-congos

Los hombres utilizan la ropa al revés y vieja, sombrero de estopa de coco adornado con plumas, conchas, espejos o cuencas, y se pintan la cara con carbón en símbolo de rebeldía. El vestuario más tradicional consiste en una falda con tiras de tela y motas que recuerdan las pieles usadas originalmente en África. Sogas sobre el pecho con distintos tipos de amarre de acuerdo con la situación. Van descalzos. El rey o Juan de Dios usa una corona más pequeña que la de la reina.

Los diablicos sucios son personajes típicos que realizan uno de los bailes más populares del país. El nombre de “Diablicos Sucios” se debe aque antes su vestido se confeccionaba con un tipo de tela llamada “manta sucia” (algunos de los grupos) que era pintada con rayas rojas y negras; el rojo con achiote y las negras con carbón, que con el sudor producido por los danzantes se mezclaban con los colores, se corrían y como resultado quedaban todos manchados, dándoles la apariencia de suciedad. Las máscaras utilizadas por los Diablicos, personifican animales locales, propios de la naturaleza de la zona.

Existen diferentes personificaciones de acuerdo a la región del país, que representan igualmente la lucha del bien contra el mal. En la costa atlántica de Colón se encuentran los “diablos congos” y los “diablos con espejo”. El baile de congos y diablos es una manifestación cultural llena de ritmo y folclor que rememora los tiempos de la colonia y ha permanecido intacta en el histórico pueblo de Portobelo.

En el universo mítico de congos y diablos hay una lucha entre el poderoso y el reprimido, una batalla entre el bien y el mal. El Congo vive esclavizado y recibe los azotes del blanco español, encarnado en la figura de un diablo que viste de negro y rojo. En su mano lleva un látigo, otros llevan un bastón, que sirve para castigar al negro. Protegidos por los ángeles, los congos se alzan en contra de su opresor y mientras danzan persiguen a los diablos, los desenmascaran y los “bautizan”, para convertirlos al bien. Es así como triunfan y se liberan.

Más información:
https://lacabanga.com/los-diablos-en-panama/
https://panamericanworld.com/revista/viajes-y-cultura/congos-diablos-panama/

El Ferrocarril Interoceánico permitió unir la Ciudad de Panamá, en el Pacífico, con Colón, en el Atlántico, desde 1855. Su construcción inició en 1850, incentivado por el incremento del tránsito por Panamá debido a la fiebre del Oro en California, que hacía necesaria una conexión segura, fiable y rápida entre los océanos. Concluidos los 77 km el ferrocarril fue proclamado como la maravilla de ingeniería de esa época. La línea fue construida como doble vía. El ferrocarril fue de gran ayuda en la construcción del canal.

Actualmente el Ferrocarril Interoceánico es operado por la empresa Panama Canal Railway Company y ofrece servicios de carga y de pasajeros, los cuales pueden disfrutar de una travesía en medio de la exuberante selva de Panamá a lo largo de la ruta del Canal con una duración de 1 hora y 15 minutos. Las operaciones de carga y descarga de un tren en las terminales intermodales toman aproximadamente 2 horas. Los contenedores pueden ser trasbordados dentro de los recintos portuarios y transportados entre el Pacífico y el Atlántico. Todos los vagones poseen conexiones para contenedores refrigerados.

Datos curiosos:

1. Panamá es el único lugar en el mundo en donde es posible trasladar contenedores en una franja aduanera del Atlántico al Pacífico en menos de cuatro horas
2. Se transportan 2,000 contenedores entre las terminales de Balboa (Pacífico) y Manzanillo y MIT (Atlántico).

Más información:
https://www.panamaviejaescuela.com/historia-ferrocarril-panama/
https://info.plp.com.pa/blog/caracteristicas-del-ferrocarril-de-panama

El antiguo colegio Abel Bravo en la Ciudad de Colón está siendo transformado en el primer Centro de Bellas Artes e Industrias Culturales de la provincia, y albergará en sus instalaciones espacios para folklore, artesanías, música, danzas, ballet, un auditórium y una biblioteca.

Además de brindar a los colonenses un espacio cultural, será un punto de encuentro regional e internacional donde se fomentará la educación en temas culturales y el turismo en esta bella provincia.

Más información:
https://sicultura.gob.pa/espacios-culturales/espacios-educacion-cultural/centro-de-arte-y-cultura-abel-bravo

Cuenta la leyenda que en octubre de 1658 llegó a la Bahía de Portobelo un barco proveniente de España, que entre su carga transportaba una imagen religiosa, la figura de un cristo tallado en madera negra. Solo se trataba de una breve escala para recargar provisiones, antes de continuar viaje a otros territorios de América. Sin embargo, se desató una gran tormenta que le obligó a permanecer atracado en Portobelo. Esto se repitió sucesivamente. Cada vez que la embarcación se disponía a zarpar el mar se embravecía y comenzaba la tempestad. Los marineros lo interpretaron como una señal milagrosa: el Cristo Negro había llegado a Portobelo y allí deseaba permanecer. La población afrodescendiente del lugar rápidamente se identificó con la talla de piel oscura.

Otra versión de la leyenda cuenta que un esclavo pescador encontró en la bahía un cayuco a la deriva con una gran caja de madera dentro, y se sorprendió al descubrir en el interior de la caja la bella imagen de un Cristo de piel oscura. Enterados de la aparición de la talla, los españoles quisieron enviar la imagen lejos de Portobelo, pero fue entonces cuando las repetidas tormentas impidieron que el Cristo Negro abandonara la localidad.

En una tercera versión se dice que la llegada del Cristo Negro a Portobelo fue fruto de una equivocación. Se habían encargado a España dos tallas religiosas: San Miguel para la población de Portobelo y el Nazareno para la población de Taboga. Al atracar en Portobelo, las tallas se confundieron y se desembarcó la del Nazareno que finalmente se quedó en la localidad.

Todas las leyendas coinciden en el poder milagroso del Cristo Negro, al cual se le atribuyeron diversas proezas, resaltando la de una terrible epidemia de cólera que diezmaba a la población. Los pobladores se arrastraron de rodillas ante la imagen implorando su compasión y de manera prodigiosa la epidemia cesó.

En su honor, todos los años, el 21 de octubre se celebra una famosa y multitudinaria procesión, que culmina en la Iglesia de San Felipe, donde se conserva la Imagen. Los peregrinos caminan largas distancias con una prenda morada, en honor al Nazareno; y prenden velas en la Iglesia.